Una criatura rechoncha, blanca nieve, con orejas en punta, una cola terminada en un cepillo de pelos y un morro pronunciado y redondeado.
Un chico nómada, vestido de verde con bufanda amarilla, gorro puntiagudo también del color de su ropa y sosteniendo algo en su boca, una ramita, una pipa o una armónica.
Traigamos estos personajes de la infancia de muchos desde los años ‘90 hasta hoy en forma de un videojuego maravilloso que seguro que nos gusta en cualquiera de sus aspectos. ¡El invierno ha pasado y ya podemos volver al Valle de los Mumin!
En el Valle de los Mumin todo es hermoso, las acuarelas que lo forman son simplemente maravillosas, las rocas, los arbustos, los animales, los ríos. En las animaciones hay dos cosas que destacaría y me llamaron la atención, la viveza con que el delineado blanco de los personajes les da movimiento y los cambios en los tonos de color de las plantas para que notes que el viento las está moviendo.
Cuando llegamos al valle sospechamos que algo anda mal, algunos animales están huyendo, vemos carteles de prohibición por todo el bosque, parques delineados por grandes rejas y nuestro amigo Mumintroll ha desaparecido. El concepto original de los mumins es escandinavo y traspasa su idiosincrasia respecto a la naturaleza (entre otras cosas) que en algunos casos puede resultarnos extraña y que nuestro protagonista defiende a capa y espada. Snufkin es un personaje muy independiente, que quiere su espacio a pesar de su gran amistad con Mumin y disfruta su soledad, tiene intereses propios pero tampoco duda en ayudar a los demás si es necesario; él cree que la naturaleza tiene que estar totalmente libre de normas y que se debe ser libre en ella, que no hay que alterarla ni ponerle márgenes o límites. Alguno de los carteles que arranca durante su viaje aquí nos parecerían de lo más sensato, como por ejemplo el de no hacer una hoguera en medio del bosque, algo impensable por nuestro clima mediterráneo.
Esta búsqueda de libertad interpreto que podría tener significado en la responsabilidad individual que se les suele atribuir a los finlandeses. Y es arrancando estos carteles como nuevamente vamos recuperando los bosques silvestres haciendo desaparecer toda la artificialidad humana que representan los parques y cuyos protectores —y principales antagonistas— son los policías y los, irónicamente, guardabosques. Y no creo que sea nada casual usar a los símbolos auténticos de la autoridad estatal y señalarles su corrupción y su exceso de autoritarismo.
Pasando al siguiente aspecto y a una de las mecánicas principales, no solo de fondo, tenemos la música. La banda sonora es muy calmada, con algunos cambios dependiendo de si nos encontramos en ‘peligro’ o si entramos en algún escenario diferente que requiera tal vez, algo más acorde. Nos encontramos con una música no triste, pero tampoco alegre, algo entre melancólico y mágico, sencillo, que nos acompaña en la mayor parte del trayecto; también nos acompaña nuestra armónica como primer instrumento y conforme avanzamos en la trama nos darán dos más; una flauta y un tambor. ¿Y qué hacemos con ellos? Pues principalmente interactuar con los seres vivos y algunos inertes, hacer que los pájaros canten, atraer criaturas para ayudarnos, hacer que las ranas salten, etc. Cada animal o cosa nos mostrará que instrumento necesita y que nivel para que le afecte y subiremos de nivel haciendo misiones o buscando notas entre los arbustos.
Y no puedo si no volver a hablar de su belleza y su capacidad de relajarnos porque salta a la vista. Si amas la naturaleza y detestas la velocidad del mundo actual y su constante necesidad de recompensas rápidas (como podrían ser las redes sociales) aquí encontraras un juego que, aunque sea corto, no deberías de tener prisa en terminar. En cualquier juego lo más habitual es recibir recompensas por tus actos positivos, Smufkin sin embargo es altruista, ayuda a la gente sin recibir nada a cambio, como mucho obtendrás algunas notas que subirán tu nivel del instrumento. El mundo es abierto pero muy contenido, puedes pasear a tu gusto y algo que me encantó fueron los lugares en los que simplemente te sientas a descansar y contemplar el paisaje. Tiene muchos detalles de este tipo, tocar para las aves o insectos, ayudar a alguien a hacer la comida, salvar a algún patito perdido por su madre; todo perfectamente pensado para hacerte sonreír a cambio de nada, solo por el disfrute de recorrer un trozo de bosque, una playa bañada por el sol o unos altos riscos mientras tratas de encontrar a tu mejor amigo Mumin y pasar otra primavera sentado en el puente del arroyo con él.
Reconozco que no recuerdo la trama de la serie original pero si tengo el sentimiento muy recóndito de que en su momento fue una de mis favoritas y, por lo menos 25 años después, soy capaz de interpretar las razones que lo hicieron posible. Dejo como último video uno de los puntos contemplativos que te encuentras paseando por el valle y que es en mi opinión, el mas bello.
¡Hasta la próxima!