Hoces de sombras bajo mis pies
chirrían, al amanecer
chirrían, al atardecer
cada vez que el astro impacta
contra la línea del horizonte.
Hoces emplumadas sobre mi cabeza
viajan, de norte a sur
viajan, de sur a norte
perpetuos en los cielos
dadivosos por los dedos de Eolo.
Hoces raudas pasando ante mis ojos
ascienden y descienden
giran en torbellinos
creando oscuras nubes, que, irónicamente
anuncian la cercanía del estío.
Dedicado a los impresionantes vencejos, que por suerte este año abundan por mi pueblo. Las abundantes lluvias y las buenas temperaturas les están proporcionando el suficiente alimento para poder permanecer tranquilos en sus recurrentes migraciones. Que sigan viniendo. Que sigan viviendo.
¡Hasta la próxima!
Precioso! 😍👏🏼👏🏼 Gracias por compartirlo...
Me encantan los vencejos, las golondrinas y los aviones (emplumados). 😊